La búsqueda de los Ánimors

Antonio de Litrán y Guardado, IV Duque de Caravaca, es un ser con una doble personalidad que siente terror al paso del tiempo y a la muerte. Está casado con la hermosa Ángela, a la que salva de un matrimonio de conveniencia con la que tiene dos hijas. Conquistador sin sentimientos en la lucha por ampliar territorios, no tiene piedad con los vencidos. Además de alquimista obsesionado con la búsqueda de la vida eterna para no enfrentarse a Dios, sus ancestros y los millares de víctimas a los que ha masacrado a través de ofrendas a los Ánimors, seres del más allá que levitan en la noche envueltos en capa azabache sin rostro de los cuales nunca surge ningún sonido. Crea la Orden de Litrán que ora por su alma continuamente mientras consigue su objetivo.
Antonhy de Sicili es un conde italiano, mercader de sedas y joyas, que recorre la península con su maestro tallista y escolta. Tiene dos objetivos en la vida relacionados con la alquimia: conseguir crear joyas y, sobre todo, descubrir el secreto de la vida eterna para no perder sus atractivos rasgos con la vejez y muerte. Está casado con la bella italiana Antonella con la que tiene dos hijas, trasladándose con toda su familia a Caravaca.
Cuando se conocen duque y conde entablan una fructífera relación en la que poco a poco se van desnudando sus intereses comunes a la vez que sus mujeres también forjan amistad creándose un fuerte vínculo entre ellas, quizás demasiado.